Millones de personas, sobre todo mujeres sufren trastornos del apetito, y cada día aumenta la cantidad como si de una epidemia se tratara. Descubre de qué se tratan estos trastornos y sobre todo cómo pueden las personas que lo padecen superarlo.
Los trastornos del apetito
Cuando hablamos de trastornos del apetito, nos referimos a los desórdenes asociados con la alimentación. El primero de ellos es la anorexia nerviosa, que se caracteriza por una severa y larga inapetencia de alimento o un rechazo a comer lo que genera una importante pérdida de peso. Esto es causado por el miedo a tener sobre peso; y aunque la persona esté demacrada en el espejo se ve demasiada gorda.
Esto puede producir tensión arterial anormalmente baja, fallo cardiaco, debilidad, detención de la menstruación, pérdida de masa ósea y trastornos sanguíneos.
El segundo trastorno es la bulimia, donde la persona consume repetidas veces exceso de comida en poco tiempo, después se produce el vómito, utiliza laxantes diuréticos o hace ejercicios vigorosos con tal de perder las calorías consumidas; pues lo que más le preocupa es su figura y su peso.
La persona bulímica pone en riesgo su salud, ya que esto puede acarrear debilidad muscular, calambres, mareos, desgastes dentales, fatiga y problemas digestivos que puede llevar a hemorragias en el esófago y dolores abdominales.
En tercer lugar, está el apetito desordenado e impulsivo, donde la persona consume irreprimiblemente alimento cuando está preocupado o nervoso; después siente culpa y vergüenza por el peso ganado debido a eso. Pero, puede llevar a la persona a sufrir hipertensión y fatiga por el sobre peso, obesidad crónica, diabetes, cáncer, trastornos hormonales y cálculos biliares.
Todos estos casos se llaman trastornos alimenticios o trastornos del apetito, porque la persona tiene una actitud desequilibrada sobre el alimento y el peso. Esto es generado por una lucha constante por la perfección y por sobresalir. También la influencia de la propaganda y el modo que la sociedad pinta a la mujer juega un papel importante; además de los sentimientos de inutilidad que suele acompañarle cuando no logran la figura que desean.
¿Cómo ganarle la batalla?
En primera instancia, hay que mantener una actitud equilibrada y correcta sobre la apariencia. Como esto no es fácil debemos buscar compañías que nos ayuden a superarlo y que no estén siempre pendiente de la apariencia o el peso.
Como las personas que sufren trastornos alimenticios no tienen casi amor propio buscan la perfección, tratan de dominar el hambre o de llamar la atención por razones vanas; por lo que es de suma importancia que esforzarse por sentirnos satisfechos con nosotros mismo y centrar la atención en cosas que ayuden a subir la autoestima.
También hay que aprender a controlar los sentimientos negativos; ya que esto hace que muchas personas se tranquilicen es comiendo. Pero lo mejor es conseguir alivio y tranquilidad con otras personas al confiar nuestros sentimientos a ellos.
Por eso es importante aprender a expresar los sentimientos de forma prudente y con corrección, para poder superar esos trastornos. Apoyarse en los demás es primordial, no aislarnos. Si sufres de bulimia procura deshacerse de cualquier comida que hayas escondido y en la medida de lo posible, come en compañía de otras personas.
Distrae la mente con actividades sanas y recreativas. Mantén una dieta balanceada reduciendo la grasa, azúcares y harinas; más bien aumenta la cantidad de fruta, verduras y cereales integrales en su dieta, para perder el exceso de peso.
Sin embargo, en muchos casos es recomendable una revisión médica que te pueda brindar ayudas, como asesoramientos de nutrición, diversos tipos de psicoterapia y quizás el uso de algunos medicamentos.
Ganarle la batalla a los trastornos del apetito es una tarea difícil pero no imposible. No pierdas las esperanzas y no te rindas. Seguir las recomendaciones dadas te ayudará en gran manera. Si te gustó y sirvió esta información no dudes en compartirla con los demás y dejarnos sus comentarios o experiencias al final del artículo.
Trastornos del apetito